Durante los últimos 20 años, los profesores hemos apreciado como un porcentaje importante de alumnos utilizan indebidamente la tecnología para realizar proyectos y trabajos.

En el pasado curso 2023-2024 he llevado a cabo un proyecto consistente en dividir al grupo en dos de manera que uno de ellos, elaborase en letra manuscrita y en soporte papel el mismo proyecto que los demás.

El resultado fue demoledor: la unanimidad de los alumnos que realizaron el trabajo de la manera más tradicional, consideró que a pesar de haber empleado más tiempo, el aprendizaje fue más sólido, pudiendo realizar tareas posteriores con más facilidad y menor esfuerzo.

Conclusión: a menudo tendemos a apoyarnos excesivamente en la tecnología, cuando ésta debe servir como ayuda, pero no como fundamento en la tarea de la enseñanza, puesto que nuestro fin como docentes es que nuestros estudiantes aprendan, sepan, y puedan resolver problemas futuros con los conocimientos adquiridos con anterioridad.